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lunes, 29 de noviembre de 2010

TRAUMATISMOS DEL APARATO LOCOMOTOR

TRAUMATISMOS DEL APARATO LOCOMOTOR

Por Madyury Alae
Mayo, 2007

INTRODUCCIÓN

Las unidades funcionales del cuerpo humano, las células, se agrupan formando, tejidos y éstos a su vez, se organizan constituyendo órganos. Diversos órganos y tejidos que comparten una función determinada conforman un aparato o sistema tal es el caso del aparato locomotor, constituido por diversas estructuras cuya función común es las de brindar sostén y protección al organismo y permitir los desplazamientos.

Los elementos básicos del aparato locomotor son los huesos, que se comportan como estructura protectoras o como segmentos móviles, las articulaciones que relacionan los huesos entre sí y actúan como punto de apoyo de los segmentos móviles y los músculos que proporcionan la fuerza necesaria para llevar a cabo los movimientos. El aparato locomotor está en estrecha relación con el sistema nervioso, que envía a los músculos las órdenes que generan la contracción y se traduce en movimiento.

La mayor parte de los movimientos requieren la participación de los huesos y sobre todo de los músculos esqueléticos que están unidos al esqueleto y mueven varias partes del cuerpo. Tanto los huesos como los músculos y las articulaciones están expuestos a lesiones que pueden ser muy dolorosas. En este informe se presentan cada una de esas lecciones, síntomas y tratamiento. En el caso del los docentes de educación física comprender cada uno de estos elementos es importante para el desarrollo integral de su desempeño profesional. Actualmente, la práctica deportiva viene iniciándose a edades cada vez más precoces, lo que puede generar lesiones a los deportistas, y en especial a los niños, quienes se encuentran en fase de desarrollo, siendo más susceptibles a sobrecargas externas y en consecuencia, a lesiones del aparato locomotor.

PRINCIPALES LESIONES DEL APARATO LOCOMOTOR

Se considera traumatismo, en general, cualquier agresión que sufre el organismo a consecuencia de la acción de agentes físicos o mecánicos. Los traumatismos, del aparato locomotor, según la zona afectada se clasifican en:
Traumatismos óseos: afectan al hueso como:
- Fracturas:
Traumatismos articulares: afectan a las articulaciones como:
- Esguinces.
- Luxaciones.
- Los calambres y
- Los desgarros.

A continuación se presentan cada uno de estos traumatismos.

Las Fracturas:

Definición y generalidades:

La fractura es un traumatismo óseo que ocasiona la pérdida de continuidad en el hueso que puede ir desde una simple fisura hasta la rotura completa del hueso. Las fracturas se producen normalmente como resultado de la aplicación directa por ejemplo de un golpe o indirectamente. Los mecanismos de producción son muy diversos: compresión, tracción, rotación, sobrecarga y flexión.
Tipos de fracturas:
- Simples. Cuando solo existe la lesión de los huesos.
- Complicadas. Cuando además de los huesos se lesionan vasos sanguíneos, nervios o vísceras próximas.
Otra clasificación:
- Cerradas: El hueso se rompe pero la piel permanece intacta.
- Abiertas: la piel que recubre al hueso también se rompe creándose una herida próxima al foco de la fractura conllevando el riesgo adicional de infección. (Ver figura 1)
Fisuras: grietas en la superficie del hueso.
- Conminutas: cuando el hueso se rompe en diversos fragmentos. La lesión muscular suele ser importante por las astillas del hueso.
- En tallo verde: se da especialmente en los niños. Los huesos se doblan y rompen sin que los extremos del hueso pierdan el contacto.
Cuando un hueso se rompe espontáneamente sin la acción de una fuerza se habla de fracturas patológicas.

Síntomas:
Dolor espontáneo provocado por la manipulación o presión sobre el foco de la fractura. Deformidad de la zona, comparándola con el miembro sano Impotencia funcional o imposibilidad de realizar movimientos activos. Inflamación y tumefacción acortamiento por la tracción de los músculos. Crepitación, crujido, por roce de los extremos de los huesos.
Primeros auxilios en fracturas de miembros:
- Si la fractura es abierta lo primero cohibir la hemorragia con presión directa.
- No movilizar al accidentado si no es absolutamente necesario.
- Inmovilizar la zona tal y como la encontramos, sin reducir la fractura.
- Inmovilizar con férulas, tablillas, pañuelos o periódicos que deben estar convenientemente almohadillados.
- Escuchar al paciente su relato de los hechos. En ocasiones será difícil determinar con exactitud si existe o no fractura. En cualquier caso, los primeros auxilios se prestarán como si realmente hubiera fractura, es mejor prevenir.
- Retirar los objetos como anillos, cadenas, relojes, pulseras, que puedan llegar a dificultar la circulación sanguínea antes de que aparezca edema.
- Traslado a un centro sanitario observando con frecuencia la presencia del pulso periférico, en el caso de las extremidades y la coloración de la piel. Un color blanquecino o azul oscuro indica que los vendajes están demasiado apretados y es necesario aflojarlos. También si hay sensación de hormigueo.
Principales inmovilizaciones:
En la extremidad superior (Ver figura 2)
- En cabestrillo, con pañuelos triangulares o la ropa de la propia víctima.
- Con soportes rígidos.
- Con ambos sistemas.

- Con férulas rígidas a ambos lados y acolchamiento de los laterales.
- Con la otra pierna y acolchamiento intermedio.


Figura 3 Inmovilización en caso de fractura en la tibia y el peroné
De rótula: (Ver figura 4)
- Con una férula rígida situada en la parte posterior y acolchamiento.

- Con férulas rígidas a ambos lados y acolchamiento de los laterales. La férula externa ha de llegar más arriba de la cintura que permita atarla en la pelvis y en el abdomen.

Esguince:
Es sinónimo de torcedura, consiste en la separación de las superficies articulares que produce desgarro o incluso rotura de los ligamentos. Es considerado una de las lesiones más frecuentes de las articulaciones móviles. Los esguinces por lo general se refieren a lesiones en los ligamentos, pero a veces afectan a otros tejidos conectivos, como tendones y la cápsula que rodea a las articulaciones.
Síntomas:
- Dolor localizado en el punto de la lesión que aumenta con el movimiento.
- Inflamación de la zona y las partes blandas circundantes, en algunas ocasiones con equimosis (cardenal)
- Impotencia funcional, no lo puede mover.
El tipo más común de esguince es el de tobillo. Los esguinces de tobillo tienen diferentes grados de gravedad. De leves a mínimos, sin desgarro del ligamento, por lo general producen dolor al tacto e hinchazón leves.
Los esguinces moderados, en los que el ligamento se rompe parcialmente, producen hinchazón obvia, contusiones, dolor intenso y dificultad para caminar. Los esguinces graves, como en el caso de que el ligamento esté completamente arrancado del hueso (llamado avulsión), impiden caminar y producen una hinchazón marcada, sangrado interno e inestabilidad articular. Los síntomas generales de los esguinces incluyen dolorimiento y espasmos musculares, dolor espontáneo y posible hinchazón o calor sobre el músculo afectado.
Primeros auxilios en esguince:
- Reposo y elevación de la articulación lesionada.
- Aplicar frió local o bolsas de hielo
- Inmovilizar la articulación afectada mediante un vendaje.
- No aplicar pomadas antiinflamatorias ni analgésicos. Enmascararán los síntomas.
Los esguinces de tobillo leves a moderados por lo general requieren un vendaje elástico o con cinta adhesiva o inmovilización con una férula. Los profesionales de la salud recomiendan reposo, hielo, compresión y elevación. A un esguince de tobillo siempre debe tomársele una radiografía para asegurarse de que no existe fractura.
Luxación:
Es la separación permanente de las superficies articulares (salida de un hueso de su sitio). La luxación puede ser incompleta y completa. Según el grado de separación entre las superficies articulares generalmente son consecuencia de una caída.
Síntomas:
- Dolor intenso.
- Inflamación con deformidad aparente, comparada con el miembro sano.
- Impotencia funcional y pérdida de fuerza.
El 10% de las luxaciones se acompaña de fracturas, con lo que se añaden a los síntomas de la luxación los propios de la fractura.
Luxaciones más frecuentes:
Luxación de hombro: Es la más frecuente, ya que el extremo articular de la escápula u omóplato sólo alberga un tercio de la cabeza del húmero.
Luxación de codo: Inmovilización en la posición en que nos encontremos la articulación (puede ser útil emplear periódicos doblados y almohadillados).
Luxación de cadera. Se debe trasladar al afectado lo más rápidamente al hospital para que se efectúe lo más pronto posible la reducción. No es necesario realizar una inmovilización estricta. Se Traslada al paciente en la posición en que se encuentre, sin manipular la zona afectada ni traccionar de la extremidad.
Luxación de rótula: La reducción suele ser relativamente fácil, y a veces se produce de forma espontánea durante el traslado al hospital. La reducción se logra relajando el cuadriceps completamente, por flexión del muslo y extensión de la pierna. Posteriormente se coloca férula de yeso con la extremidad en extensión, para pasar a los 10 días a la movilización y masaje.

Luxación mandibular: Se puede producir al bostezar o al morder algún objeto duro y grande. Existe imposibilidad para cerrar la boca, incapacidad para deglutir y dificultad en el habla.
Primeros auxilios en luxación
- Inmovilizar la articulación afectada tal y como se encuentra. No intentar nunca reducir la luxación.
- No dar nada por vía oral al paciente, ya que necesitará anestesia para reducir la luxación.
- Trasladar a un centro sanitario para su reducción y tratamiento definitivo.
Calambres:
Los calambres y espasmos musculares son dolores repentinos muy agudos que afectan al movimiento. Pueden producirse casi en cualquier parte del cuerpo ya que hay más de 600 músculos en el cuerpo humano. Con el espasmo, los músculos se contraen involuntariamente y no se relajan.
Síntomas:
Los calambres y espasmos musculares se caracterizan por una contracción violenta de la musculatura que produce la rigidez muscular acompañada de dolor. Cuando se presenta un espasmo muscular, se siente muy tenso y algunas veces se describe como un nudo.
El dolor puede ser intenso y debilitante. Los espasmos musculares se diagnostican por la presencia de músculos tensos o duros que son muy sensibles al tacto y no existen estudios imagenológicos ni exámenes de sangre que puedan ayudar a diagnosticar esta condición.
Primeros auxilios en calambres:
Al primer signo de espasmo muscular, se recomienda suspender la actividad e intentar estirar y masajear el músculo afectado. En un principio, el calor ayuda a relajar el músculo, aunque la aplicación de hielo puede servir después de presentarse el espasmo inicial y cuando el dolor se haya reducido. En caso de que persista el dolor en el músculo, se pueden utilizar medicamentos antiinflamatorios no esteroides y, en casos más graves, el médico puede prescribir medicamentos antiespasmódicos.
Después del tratamiento inicial, se debe determinar la causa del espasmo para evitar que recurra y si existe compromiso de un nervio irritado, es posible que sea necesario recurrir a la fisioterapia o incluso a una cirugía.
La causa más común de calambres musculares asociados con actividades deportivas es la deshidratación, por lo que, a menudo, la rehidratación con agua o bebidas para deportistas resuelve el problema.
Los espasmos musculares se resuelven con reposo y con el tiempo y su pronóstico es excelente para la mayoría de las personas. Las técnicas de entrenamiento apropiadas deben servir para evitar que los espasmos se conviertan en un problema crónico. Si la causa de un espasmo ha sido un nervio irritado, entonces es posible que se requiera un tratamiento más extenso y que los resultados sean más variables.
En caso de presentarse un espasmo muscular intenso con un dolor incontrolable, se debe buscar asistencia médica e, incluso, si los espasmos no son intensos, el médico puede ayudar a modificar el programa de ejercicios para reducir el riesgo de que ocurran espasmos musculares en el futuro.
Prevención:
- Hacer estiramiento para mejorar la sensibilidad
- Modificar las sesiones de entrenamiento para ejercitarse dentro de las capacidades
- Beber mucho líquido mientras se hacen ejercicios e incrementar la ingesta de potasio que se puede encontrar en fuentes como el jugo de naranja y los bananos.
Desgarros:

Son roturas del tejido muscular, más o menos extensas (la gravedad depende del área afectada). Puede ocurrir en cualquier músculo

Síntomas:
Síntomas:
Dolor repentino, agudo e intenso (cualquiera que lo haya sufrido alguna vez lo identifica inmediatamente: parece una puñalada), localizado en un punto muy concreto. Desde el momento en que se produce resulta muy doloroso, cuando no imposible, hacer cualquier movimiento con ese músculo.
En los casos leves (roturas pequeñas), el dolor es la única señal. En casos más graves (desgarro de todo un músculo), se produce también un hematoma bastante aparatoso, debido a la hemorragia interna. Si el dolor es muy intenso puede aparecer un componente de shock, con mareo y sudor frío, pero esto es menos frecuente.
Causas directas:

Las causas generales son contracciones violentas del músculo, o estirones súbitos y bruscos. También se puede producir cuando se somete al músculo a una carga excesiva, cuando está fatigado o no se ha calentado lo suficiente. Los músculos que han sufrido recientemente lesiones de cualquier tipo, que aún no están curadas del todo, tienen también bastantes posibilidades de sufrir un desgarre. Causas externas, como golpes o caídas, también pueden originar esta lesión.

Causas indirectas:

La sudoración origina pérdida de líquidos y sales en el organismo. Los músculos van perdiendo elasticidad al perder hidratación, por lo que tras un ejercicio prolongado aumentan las probabilidades de sufrir un desgarre.

Otro factor importante es el calentamiento. Si no se calienta lo suficiente el músculo tiene en su interior pequeños cristales de ácido láctico, lo que en la práctica resulta como tener alfileres dentro del músculo. Un movimiento que en condiciones normales (músculo sin punzadas) no causaría problemas, puede hacer que estos cristales corten pequeños haces de fibras. Puede ocurrir en todo el cuerpo, pero principalmente lo sufren los abdominales inferiores (en especial, al día siguiente de una sesión particularmente intensa de flexiones).

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Las lesiones deportivas ocurren con ocasión de la actividad física tanto recreativa como de competición. Pueden aparecer por accidentes o por sobrecarga (presión excesiva sobre un hueso o articulación, etc.), y no difieren de las lesiones que se producen por causas ajenas al ejercicio físico.
Las lesiones necesitan no sólo un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado, sino también una prevención que contribuya a una sensación de bienestar y a una mejor calidad de vida derivados de la práctica deportiva
La prevención de lesiones en el deporte depende de una serie de factores, como son:

Una adecuada preparación física.
-
Utilización del equipo apropiado, (incluyendo los protectores).
Cumplimiento de las reglas o normas del deporte que se practique.
Pasar controles de salud.
- Llevar una correcta alimentación e hidratación.
- También es muy importante dar el reposo necesario a aquellas partes del cuerpo que se sobrecargan con el esfuerzo físico.

Una buena forma física es la base más importante para evitar lesiones; aquellas personas que están por debajo de este nivel tienen más probabilidades de padecer lesiones tanto por accidente como por sobrecarga. Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte antes de decidir el esquema de entrenamiento. La intensidad y la carga de este debe ser adaptada de forma individual en función del nivel técnico y de la condición física de cada uno. Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física, (por ejemplo después de un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva.
Los ejercicios de calentamiento están pensados para preparar al organismo para la actividad física. Cumplen dos funciones muy importantes: evitar las lesiones y mejorar el rendimiento deportivo.
En reposo, el flujo sanguíneo hacia los músculos es relativamente bajo, y los pequeños vasos están cerrados. Con la actividad, el flujo sanguíneo aumenta a medida que los vasos se van abriendo y preparan a los músculos para el trabajo que van a realizar.
La actividad física al incrementar la producción de energía hace que aumente la temperatura de los músculos, lo que mejora la coordinación y disminuye la probabilidad de lesiones. El calentamiento debe iniciarse con movimientos de grandes grupos musculares para que se produzca un gran aflujo de sangre. Posteriormente se van activando grupos musculares más específicos.

Además, también es preciso realizar ejercicios de estiramiento de los distintos grupos musculares. La última fase del calentamiento está dirigida al gesto técnico específico de cada deporte.
Los ejercicios de calentamiento deben realizarse, siempre, antes del entrenamiento y de la competición, son los factores más claros en la prevención de lesiones y en el aprovechamiento del rendimiento deportivo.
Después del entrenamiento o de la competición, se deben hacer ejercicios de enfriamiento para volver a la situación de reposo de forma paulatina, y para relajar los músculos y dejarlos listos para la siguiente sesión.


REFERENCIAS

Aguilar Caballero Isidro y de Aguilar Galbes Herminia (1979) Tratado práctico de medicina moderna. (4ta Ed). California: Publicaciones Interamericanas.

Fernández López J. (2001) Luxación. Medicina familiar y comunitaria. Disponible en saludalia@saludalia.com

Gutiérrez Ortega F. (2001) Aparato Locomotor. Medicina del deporte. Madrid

Océano, (2006) Biblioteca de aprendizaje interactivo. Tomo II. España: Autor.

Palacios Nieves (2007) Los calambres. Disponible en www.healthnotes.com

Universidad Simón Rodríguez (2004) Lesiones del aparato locomotor. Disponible en www.ctv.es/USERS/sos/aparloco.htm - 26k -

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